2008-01-02

Caminando en Soledad

Penetrar en el camino oscuro, este que me conduce a la soledad, de saberme si ti. Me obliga a renunciar tu adiós, me deja pensativo, distante, inmovilizado, y me asusta el futuro incierto de vivir, ahora sin ti.
He revisado mis ropas, escudriñando ese perfume que no solo ha embriagado mi vestimenta, también está en mi cama, en mi habitación, pero ahora lejos de ti. Tu olor vive en mi interior, seguro ten presente, que estás impregnada en mí... No quiero que te vayas.
He vuelto a mi piedra sagrada en Nickelviken, esta vez las lágrimas son diferentes, he caminado sabiendo que ya no me perteneces, pero me he devuelto en la paz de saberte feliz. Escribí ayer mis dolores, de saber que no estás, pero existes.
Caminé los mismos senderos, ahora más húmedos, mis huellas dejan marcas sobre la suave nieve del camino... Cuanto duele caminar sin ti... Sin que tomada de mi brazo, escuches mis historias, mis fantasías, mis deseos de hacerte mía.
Recorrí el pequeño puente de madera, que conduce a las plantaciones de flores, éstas no existen, solo un lugar vacío, me indica que la soledad es amplia, más ahora sin ti.
Hace algunos meses la primavera se vistió de los mejores colores y sol dejó que nuestras ropas fueran más livianas, estabas cerca de mi, respirando ese aroma bendito de la verde Suecia. Hoy solo arboles desnudos observan mi transitar.
Junto al tronco del árbol muerto, dejo mis letras , solo escribí tu nombre...
Sigo el camino por el establo, los conejos y las gallinas, los cerdos y los corderos se han ido, Soledad que me obliga al regreso...
Quién ha de tomar la foto de esta agonía... Me regreso por la carretera, me duele volver a caminar, ahora que no me acompañas. No hay polvo, ni carros, solo la vaga melancolía se hace solidario con mi pesar.
Me devuelvo por el camino angosto que conduce al Ica, tampoco estás, son solo recuerdos, que perturban mi existir, Corro a toda prisa, el autobús, salió hace dos minutos, debo esperar otros 28 largos minutos más... Cuanto sufrimiento sentado en estos helados bancos, el frío cala mi piel, mis huesos sienten las bajas temperaturas. Quisiera tocar a tu puerta, tomar un café latte , pero no debo correr el riesgo de desprecio.
Nacka Strand, tantos recuerdos, tantos paseos, tragos, esperando un barquito para atravezar, para caminar del otro lado en la pequeña isla, conocer de cerca a los alfareros, a quienes trabajan con calor y vidrios, a los que tejen ropas y ensueños, a los que no miran... nos observan, nos envidian. Es verdad, son recuerdos, eso sucedió hace ya largos meses.
Slussen nuevamente a la vida... Trenes, trencito, buses rojos y azules, caminos, puentes, barcos, nuevamente el recuerdo, cuantos viajes y cuantos bailes sobre el Mar Báltico.
Decido caminar, Gamla Stan, angostas calle antiguas, historias en cada lugar, tantas veces recorrimos sus plazas, iglesias, calles, cafés y galerías...
Drottninsgatan... pies cansados, mirada hacia el pasado... Feliz de haber sido parte de ti...
Un beso...

Diciembre 15, 2007

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